La Ciudad Global

CoProducción Teatro Nacional de Génova | El Florencio / Festival FIDAE 2019 – Uruguay

Dramaturgia Nicola Pianzola
Dirección Anna Dora Dorno
Con Anna Dora Dorno y Nicola Pianzola
Coro escénico Claudia Marsulli, Antonio di Castri, Rosanna Gualdi, Marco Mazza, Francesca Flotta, Marianna Maretto, Roberta Rotante
Diseño luces Anna Dora Dorno, Mattia Bagnoli
Video Pietro Alex Marra
Música Riccardo Nanni
Coreografato Instabili Vaganti
Coro preparación física y coreografía Carolina Cavallo
Asistente de movimientos escénicos del coro Giulio Cavazzini
Trajes Anna Dora Dorno, Carolina Cavallo

Con el apoyo de Mibac y SIAE, bajo el programa “Per Chi Crea”.

Residencias artísticas
IAC Inter Arts Centre – Svezia, Au Brana Residential Centre for Performance Research – Francia, #CREA – Fondazione Sipario Toscana Onlus, Re.Te.Ospitale.

Con el apoyo de
Region Emilia Romagna, Instituto Italiano de Cultura de Estocolmo, Instituto Italiano de Cultura de Montevideo

“Cuál es la ciudad para nosotros hoy? Las ciudades son muchas cosas: memoria, deseos, signos de lenguaje; las ciudades son lugares de intercambio, estos intercambios no son tan sólo productos, son intercambios de palabras, deseos, recuerdos.” I. Calvino

Largo de nuestras giras mundiales hemos vivido y trabajado en algunas de las más grandes megalópolis del mundo. A través de nuestros recuerdos tratamos de capturar el alma de cada ciudad en la que hemos estado. Poco a poco, hemos realizado en nuestra mente un mapa fragmentada que ha producido nuestra ciudad global, una ciudad que no es verdadera, pero existe en nuestra memoria y donde podamos encontrar detalles concisos de los lugares en lo que hemos estado: las calles de Teherán, la metropolitana de la Ciudad de México, los edificios en ruina de Calcuta y los edificios ultra modernos de Shanghái.

 Anna Dora Dorno

Sinopsis

Un hombre, un marginado vendedor de metropolitanas, entra en escena, intentando vender “memorias”, estimular al audiencia a reflexionar sobre sus vidas, a lo que han perdido en el caos provocado por los ritmos frenéticos de la ciudad. Una suave voz femenina, invita a los espectadores a entrar en una dimensión diferente, probablemente onírica, donde es posible revivir sus memorias.

El actor hace una serie de transformaciones, encarnando los diferentes personajes que podemos encontrar en esta “ciudad global”, hablando tres diferentes idiomas: Inglés, Español e Italiano. Al mismo tiempo, él se representa a sí mismo, contando situaciones surrealistas y lugares encantadores, atravesados por su continuo e inquieto errar.

En este viaje planetario el texto, enteramente escrito por Nicola Pianzola, trata temas de fuerte actualidad, mediante la experiencia vivida por la compañía, en lugares difícil y de fuerte tensión política. Se ven así en la narración fragmentada, en forma de recuerdos numerados, la crisis coreana, narrada por los ancianos de una localidad en los arrozales cerca de Seúl, los desaparecidos en México y el problema de la cruce de fronteras, los contrastes de clase en el subcontinente indio, sino también características determinantes de las distintas culturas del mundo. Estereotipos y anécdotas perfilan este superhombre, como un Marco Polo contemporáneo, habitante perfecto de la ciudad global.

La megalópolis irrumpe en la escena como un mecanismo complejo de sueños y músicas específicamente compuestas, imágenes y videos proyectados que llenan paredes y el suelo del espacio escénico, a decorar, como un tatuaje virtual, los rostros y cuerpos de sus habitantes. Rostros que son también pantalla para teléfonos móviles que, con su presencia muestran el carácter de la nueva identidad digital. Todo parece distorsionado, como una película distópica. Desde el magma confundido de la memoria surge de repente el “recuerdo”, el “particular”, la esencia de una cultura que regresa revelando la tradición antigua. El individuo emerge de la masa indistinta, defendiendo su identidad en la multitud, afirmando su particularidad de “ser viviente”, descubriendo su rostro, su historia, su cultura de origen, como un sofisticado y contradictorio mecanismo que Kapuściński define “el sistema de espejos” donde “… nuestra cultura se refleja en las otras y sólo entonces empieza a devenir comprensible.”