Performance#1 – Proyecto Harapos de la Memoria
2006
Idea y realización Anna Dora Dorno
Performer Anna Dora Dorno y Nicola Pianzola
Instalación Anna Dora Dorno e Luana Filippi
Realización de video Salvatore Laurenzana
Supervisión artística
Burghard Dhum – Bühne Bauhaus di Dessau
Nin Scolari – Teatro Continuo de Padova
El espectáculo es parte del proyecto “Huellas de la memoria”
Con el apoyo en residencia de:
BAUHAUS FOUNDATION de Dessau – Germania
GROTOWSKI INSTITUTE de Wroclaw – Polonia
HOOYONG PERFORMING ARTS CENTRE – Corea del sur
Proyecto semi finalista al PREMIO ETI a las artes escénicasTuttoteatro.com Dante Cappelletti 2006
Con el patrocinio de la Universidad de Bolonia
Con el financiamiento de la Región Emilia Romagna – Municipalidad de Bolonia Sector Cultura y relaciones con la Universidad.
El tema de la memoria desarrollado en el trabajo propone la difícil tarea de inserción de la dimensión del tiempo dentro de la obra de arte y para hacer esto, se inspira en la obra de Proust, en particular en ciertos pasajes de «El Tiempo recobrado»en el cual la memoria del hombre se convierte en la memoria de la humanidad, y donde los hombres se describen como gigantes sumergidos en años. Ellos ocupan un lugar mucho más grande respecto a aquellos reservados para ellos en el espacio, un lugar que se extiende en exceso con el tiempo, ya que contiene períodos de vida vivídos alejados unos de otros y en el que tantos días se han asentado tanto como para hacer crecer el cuerpo, como si se apoyara sobre trampolines desde los cuales es posible ver todo el camino recorrido. El tiempo se concretiza en espacio y se expande para encerrar no sólo el espacio de una vida entera, sino de la entera humanidad, lanzando un puente entre el presente y el pasado a través de la memoria.
La acción del vídeo, rodado en un cementerio, donde una novia busca en vano a su pareja dejando huellas de arroz en su camino, como signos del tiempo que se dispersa en un gesto final de liberación, en el cual desde lo alto de una escalera el arroz se lanza, convirtiéndose en un intento de volver sobre este camino, que reprsenta el siglo pasado, el novecientos, en el cual muchas semillas han sido sembradas. El arroz se convierte en el símbolo de la fertilidad y, por tanto, augura un futuro en el que el pasado se convierte en esencial para el nacimiento y el desarrollo de una nueva generación cultural. La acción se convierte casi en un sueño, la concretización de un pensamiento que se vuelve demasiado transcurrido desde parado a través de un medio electrónico capaz de grabar, pero que se actualiza de vez en cuando en el acto de actuación en la que el video proyectado en la pared parece íntimamente conectado con la presencia real de dos artistas. Los movimientos de los actores separados del espacio-tiempo del video aparecen íntimamente conectados el uno al otro, que se producen sincrónicamente siguen un camino que conduce a la despertar del cuerpo y el habla en hibernación, los poseedores de la memoria de la humanidad.
La novia, elemento del pasado y hasta la actualidad como la enseñanza de nuestros maestros, simboliza el pasado, pero al mismo tiempo existe, tendido en el suelo, como un soñador, sutilmente mueve la cabeza, mientras que la acción tiene lugar en su pensamiento saliente en forma. Al mismo tiempo, un hombre, su marido imposible, presencia real y aparentemente despierto, realiza lentamente una acción ritual sumergir sus manos en un recipiente y luego dejar correr el agua contenida en ella por primera vez en sus brazos y luego todo el cuerpo. Con estos gestos hombre recupera su misma memoria, despertado por el líquido amniótico como cruza las extremidades traerlos de vuelta a la vida desde el tiempo de hibernación. Fue el inicio de una acción en la que el cuerpo recupera su energía y plenitud de sus recuerdos que se traducen en palabras inconexas y se agita en el principio y en el final gire en un poema de G. Pascoli, imprime en la pantalla en negro olvido.